La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) reveló su dictamen sobre la tragedia del sumergible Titan, determinando que la implosión fue causada por un “proceso de ingeniería inadecuado” por parte de OceanGate.
El informe indica que la empresa no realizó las pruebas necesarias para garantizar la resistencia y durabilidad del recipiente a presión, lo que derivó en la falla catastrófica que acabó con la vida de las cinco personas a bordo durante la expedición del 18 de junio de 2023, frente a las costas de Terranova y Labrador, Canadá.
El documento detalla que OceanGate desconocía los límites reales del Titan debido a la falta de pruebas rigurosas, lo que impidió detectar las debilidades del casco de fibra de carbono.
La NTSB señaló que el material presentaba insuficiencias críticas según las normas de seguridad nacionales e internacionales, y que el vehículo probablemente sufrió delaminaciones —fracturas internas en el material— tras su inmersión número 80, debilitando aún más la estructura.
Además, el informe apunta que OceanGate incumplió los protocolos de seguridad marítima establecidos por la Circular de Navegación e Inspección de Buques, al no activar un plan de emergencia ni notificar de manera oportuna a los equipos de búsqueda.
La combinación de un diseño defectuoso, materiales inadecuados y falta de supervisión técnica provocó la implosión inmediata del Titan, una de las tragedias más impactantes en la historia reciente de la exploración submarina.
