La OMS publicó su primera guía sobre el uso de medicamentos —como semaglutida y tirzepatida— para tratar la obesidad, reconociéndola oficialmente como una enfermedad crónica que requiere atención integral y de por vida.
La organización destaca que más de mil millones de personas viven con obesidad y que, sin medidas contundentes, esta cifra podría duplicarse para 2030, incrementando la presión sobre los sistemas de salud y los costos globales.
Las nuevas directrices recomiendan el uso a largo plazo de estas terapias, que ayudan a regular el apetito y el azúcar en sangre, aunque advierten que no son una solución aislada y deben combinarse con cambios en la alimentación, actividad física y apoyo profesional.
La recomendación es condicional debido al alto costo, la incertidumbre sobre la seguridad a largo plazo y las limitaciones en el acceso.
La OMS también expresó preocupación por la escasez mundial de estos medicamentos y la aparición de versiones falsificadas, e instó a los gobiernos a aplicar políticas que garanticen precios justos, cadenas de suministro seguras y acceso equitativo.
La guía será actualizada en cuanto haya nuevas evidencias y se dará prioridad a quienes más lo necesiten.

